
Con el corazón aún rebosante de gratitud y emoción, así como sintiéndonos unos verdaderos privilegiados, queremos expresar nuestro más sincero agradecimiento por la presencia del Santísimo Cristo de la Expiración en la procesión celebrada en Roma con motivo del Jubileo de la Esperanza, el pasado sábado 17 de mayo.
Ha sido un momento de inmensa trascendencia espiritual y un privilegio que quedará grabado para siempre en nuestras memorias, como hermanos del Cachorro y como cofrades de esa Sevilla soñada, imposible de comprender en toda su plenitud sin sus hermandades y cofradías.
La imagen sagrada de nuestro Cristo, venerada primero en la Basílica de San Pedro y procesionando después por las calles eternas de la ciudad eterna, fue testimonio vivo de fe, belleza y devoción. Su participación no representó solo a nuestra Hermandad, sino a todo un pueblo que, desde la distancia, lo acompañó con el alma y la oración: una manifestación profunda de ese tesoro universal que es la piedad popular.
Gracias a nuestro Arzobispo, D. José Ángel Saiz Meneses, por su cariño y el apoyo mostrado en todo momento hacia nuestra participación en la procesión.
Gracias al alcalde de Sevilla, D. José Luis Sanz, por su implicación y respaldo absoluto desde el primer instante.
Gracias a la Junta de Andalucía, al Ayuntamiento de Sevilla, a la Fundación Cajasol, al Ayuntamiento de Málaga, a la Diputación de Málaga y a la Fundación Unicaja, sin cuyo patrocinio esta empresa habría sido completamente imposible de llevar a cabo.
Gracias a la Diputación de Sevilla, por haber hecho posible que nuestras dos bandas llevaran a Roma el nombre de nuestra provincia y su riqueza musical.
Gracias a la Hermandad del Paso y la Esperanza de Málaga, por haber dado, juntos, ejemplo de unión fraternal y testimonio de fe.
Gracias a las demás cofradías españolas y del resto del mundo que procesionaron en Roma, por testimoniar la maravillosa diversidad que atesora el mundo cofrade.
Gracias a la Guardia Civil, por custodiar a nuestro Santísimo Cristo como cada Viernes Santo.
Gracias a la Banda de La Puebla del Río y a La Oliva de Salteras, por haber puesto música y emoción al Cachorro en una jornada ya histórica.
Gracias a todos los medios de comunicación presentes en Roma prensa escrita, radio, televisión…; sin vuestro enorme esfuerzo y cariño, no habría sido posible llegar a tantísimas personas que lo vivieron desde la distancia.
Gracias a mi Junta de Gobierno, por su apoyo incondicional y el enorme esfuerzo realizado para que todo llegara a buen puerto.
Gracias a la Diputación Mayor de Gobierno y a su equipo, que puede sentirse orgullosa de haber organizado de forma espléndida una procesión en Roma.
Gracias a todo el gran equipo de Priostía por su formidable trabajo y entrega, que hizo posible lo que hemos vivido, muy especialmente a nuestro Prioste I, quien acompañó y veló por nuestro Cristo en todo momento.
Gracias a los conservadores del Cachorro por tratarlo siempre con el mimo, respeto, generosidad y profesionalidad que llevan a gala.
Gracias al grupo de comunicación y redes de la Hermandad, por su enorme esfuerzo e ilusión al transmitir todo lo vivido.
Gracias al capataz, a su equipo y a la cuadrilla de costaleros, que pasearon orgullosamente al Cachorro por Roma como hacen cada Viernes Santo por Triana y Sevilla.
Gracias a todos los hermanos que, de una u otra forma, tuvieron el honor y el orgullo de procesionar junto a su Cristo en Roma, y de acompañarlo en todo momento, junto a tantos y tantos sevillanos, así como cofrades de otras latitudes.
Gracias a Monseñor Rino Fisichella y al Dicasterio para la Evangelización, por la invitación cursada para que el Santísimo Cristo procesionara por las calles de Roma con motivo del Jubileo de la Esperanza.
Gracias a Paloma Saborido, por hacer posible este milagro que hemos vivido. Nuestra hermandad estará siempre en deuda con ella.
Gracias al Consejo de Cofradías y a todas las hermandades de la ciudad por ser una con El Cachorro.
Gracias a Bindu Events y a DSV por haber hecho posible la gigantesca logística de toda la operación.
Gracias, en definitiva, a todos los que han hecho posible nuestra histórica presencia en Roma, a quienes caminaron junto a Él, y a quienes, con esfuerzo y entrega, contribuyeron a que este sueño se hiciera realidad. Nuestro recuerdo emocionado está siempre con todos nuestros hermanos difuntos y con todos aquellos que alguna vez fueron cofrades de Sevilla: sin ellos, esto jamás habría sucedido.
Que el Santísimo Cristo de la Expiración, en su inmenso amor, nos siga guiando y bendiciendo, como lo ha hecho en estas inolvidables jornadas, siempre bajo la dulce mirada de Nuestra Madre del Patrocinio.
El Hermano Mayor – José Luis Aldea Carbajo